miércoles, 27 de mayo de 2015

IDIOMA(II) JINs. ODELIA. BRUCE

Si saltas al mar vestido, sí o sí, sales mojado. A lo mejor flotas y te quedas un ratito nadando, si hace buena temperatura como en el Antzar Eguna (el Día de Gansos) de Lekeitio. O puede que salgas corriendo pidiendo ayuda, que eso-no-es-lo-tuyo, que por-favor-socorro, alguien-me-ayude. El caso es que yo me apunté a las clases de chino. Salía del Instituto de Erandio a las tres y media, cogía el coche y me iba "escopetao" a Bilbao, a cien metros de San Mamés, sin poder aparcar, las monedas de marras que nunca están a mano para poner el ticket de la OTA, y sin miramientos al escudo de los Leones a mi espalda, entraba resoplando a clase.

Y allí estaba Jué Jin, la profesora china de chino. Éramos cuatro o cinco alumnos. Ander uno de ellos, el marido bilbaino de la profesora. Tras varios años de casados y habiendo viajado y convivido en y con China se decidió por aprender algo de esta lengua. Este, profesor de cocina en el Botxo, nos hablaba de los usos y costumbres en la vida y cocina chinas. Yo le escuchaba boquiabierto. Y su mujer, con una habilidad que me parecía algo entre lo divino y lo humano, llenaba todo el encerado de infinidad de caracteres chinos, sin parar, esmerándose en reflejar con aquellos trazos de tiza unos gusanillos retorciéndose que no eran otra cosa que los caracteres chinos, los "hanzi". Yo no me podía creer que unos minutos antes había estado sudando la camiseta con la selección erandiotarra de adolescentes (¡qué majos que son, cuánto se les acaba apreciando / queriendo -la verdad sea dicha-) en mis intentos de hacerles emocionarse con el gótico y románico. ¡Ya ves!

Un día sí, al siguiente también, martirizaba a mis chicas de Negurigane con que si los chinos con este trazo mínimo junto con este rabito por allí y otro poco más para el otro lado escribían lo que venía a ser la segunda persona del singular. Pero, fíjate cómo tienen que ser, que bajo ese dibujillo, si escribes/dibujas cuatro mini trazos que quieren decir "corazón", resulta que "tú" pasa a ser "usted". O bien que para decir cafetería dibujan una epecie de tejadillo que acoje un par de cuadraditos, o sea, bocas, siendo por lo tanto un lugar donde se juntan, al abrigo, unas gentes para tomar algo, y se lee "guan". A ello le añades la palabra "kafei" y ya tienes "kafeiguan", o sea cafetería. He de decir, también, que la famosa kafeiguan creo que es prácticamente la única palabra que sin saber chino puedes identificarla con algo conocido, en este caso con el café. De nada sirven esas palabras que creia yo internacionales como Hotel, Organización, Turismo, Tren... Aquí tienen su propio nombre. O lo tomas o lo dejas. Up to you.
Pues a mí Jué me conquistó el corazoncito del idioma. Y me planteé seguir en el agua. No se estaba mal, olita arriba, olita abajo. Ya iría aprendiendo a nadar.

El siguiente curso su hermana Ou Jin fue mi profesora de chino. Ya se complicaba más. Eramos tres alumnos con más moral que el Alcoyano. En Las Arenas. Me llamó mucho la atención el conocimiento gramatical tanto de chino como de español que tenía esta profesora y lo útil que le era para hacernos ver la estructura de las frases que íbamos aprendiendo. Y es que lo que es un abverbio lo es aquí y en Kazajistán. Otra cosa es acordarte cuál es el susodicho adverbio. Otra cosa más es escribirlo. Y otra más endemoniada aún es pronunciarlo. En esto los chinos son unos cracks. ¿Llegaré algún día a hablar de los famosos acentos chinos?

Otra fase es la del chino on line en que me metí este mismito mes de Mayo hace un año, 12 meses, sin haber fallado ni un solo día 7/7 a la cita con mi programa 8belts.com con el que se me hacía más cómodo estudiar on line y me exijía no fallar ningún día unos minutos, a veces 15, a veces 45, o más. Aquí no tenía los caracteres chinos, los "hanzi". Eso ya era un alivio. No os podéis imaginar qué locura es intentar memorizar estos "hanzi". Con este método lo que corresponde a chino escrito se realiza con un tipo de escritura que se llama "pinyin" que no es otra cosa que escribir el chino con nuestra escritura occidental, más o menos. O sea, legible para todo pichichi. (Saqué una foto, ya en Lishui, a lo que una profesora escribió lo que ella oía al oir mi nombre y su conversión en "pinyin" y en "hanzi" Está por el final de esta entrada.)

Como decía, escuchar, repetir conversaciones grabadas, superar unas pruebas, unos retos, ir avanzando... y cada ocho o diez días poner en práctica todas las conversaciones que había trabajado durante la semana con sus nuevas palabras y giros. 

En este estudiar on line  encontré a otra joya china, de nombre "occidental" Odelia, con la que tengo estas sesiones periódicas de skype de media hora y voy siendo evaluado, hasta el presente con no malas calificaciones. Es algo curioso. No conoces a tu conversadora (un minuto la conocí en una reunión de este programa en Madrid) y cada pocos días hablas con ella utilizando las palabras que hasta ese momento has aprendido, a las cuales ella tiene acceso. Y estás nervioso ¡leches que sí estás! tú y tu skype donde sólo oyes y hablas pero no ves. Te corrige tu pronunciación. La mía es horrible, chino markinés, ¡qué se va a hacer a estas alturas! Cuando acabo, y veo que he obtenido buena calificación, como un niño con zapatos nuevos, lo cuento en casa como si hubiera pasado un examen de los de cuando el colegio. Al fin y al cabo cada cual se lo pasa bien con lo que quiere o puede. Pues eso.

¿Y Bruce? Este no es Bruce Lee. Es Bruce Springteen. Pero ya puesto a contar mis relaciones afectivas con algunas lenguas tengo que mencionar a Bruce Springteen. Ya siento decepcionar a quien leyendo esto vaya a pensar que conoci al Boss en alguna que otra latitud. Ójala. Eso ni mi Bruce-fan hermano Jabi. Pero el inglés fue, aunque ya parezca prehistoria, otra asignatura dura de pelar para mí, con mis 29 años empezando de cero, en Londres, con el único bagaje de las canciones de los Beatles pero sin entenderlas. Estando aquí en Lishui me acuerdo muchísimas veces de aquellos mis primeros pasitos con el inglés. ¡Qué desesperación! ¡Y eso que allí sí que funcionaban las palabras, todas ellas, "internacionales"! Un mes. Otro. Mi mejor amigo, en no habiendo internet ni similar, un fantástico Diccionario que me compré y venía conmigo a todas partes. A todas. Nunca me falló. Un tocho de los de antes. Oxford Advanced Learner's Dictionary of Current English.

Este diccionario me ayudó en uno de los momentos más decisivos para con mis estudios de inglés. Después de muchas horas de subrayar, apuntar, ecribir y leer, por fin conseguí acabar de leer mi primer libro en inglés, una edición adecuada para beginners, 32 páginas sobre la vida de Bruce Springteen. ¡Qué subidón! Ya no había marcha atrás. Salí de mis verdes praderas a aquellas otras también verdes y decidí que ya no me volvía a medias. Esta mañana, después de estar cuatro horas hablando en chino en clase, (sí que hemos tenido que tirar un poco de diccionario móvil para aclarar algunas cosillas), he salido de clase con aquella sonrisa de satisfacción que tuve cuando acabé de leer aquel librito. La botella, estando llena en un 5%, cinco, sí, ya la veo más cerca de la mitad para, algún día poder hablar de la "la botella medio llena" más que de la "medio vacía".

Cierro otra entrada en este blog sin haber casi empezado a hablar del chino de los chinos. ¡A ver si voy a pasar del prólogo al epílogo!  Y todavía sin hablar del "Master de Estudios Chinos". XD XD.








domingo, 24 de mayo de 2015

IDIOMA (I) EL CHINO DE LOS CHINOS

En 10 segundos ¿quién sabe señalar en el mapa dónde está Uganda?
En otros 10 ¿dónde está California? Y nadie ha estudiado específicamente la geografía de California. Está claro porqué sabemos más de California que de Uganda. Recuerdo perfectamente cuando una alumna mía, hace cuatro o cinco años, me preguntó en 1º de la ESO que a ver por qué no estudiábamos China como lo hacíamos con  Mesopotamia o Egipto. Aparte de las razones que pude darle (del neolítico a las "primeras" civilizaciones,  etcétera) fuí sincero con ella y le dije abiertamente que porque no tenía/teníamos ni idea de China. 

Lo que sí que veíamos en esos años -y un poco antes también, pero no mucho más- era que en esta esquina habían abierto un restaurante chino, un poco más allá, donde había un curioso "todo a cien", justo cuando empezábamos a cambiarlo de nombre pero no nos acostumbrábamos a llamarlo "todo a 1 €" resulta que habían venido unos chinos, (de esta provincia de Zhejiang donde ahora estoy  -esto no lo he sabido hasta prácticamente anteayer-) y habían montado un "bazar chino", al que finalmente le hemos bautizado "donde los chinos" o "el chino de la esquina".

Y empieza la cantinela: no se juntan con los nuestros, viven cien mil en una casa, a saber lo que comen, dónde enterrarán a los que fallecen, qué poca calidad la de sus productos, siempre está abierta su tienda, no tienen domingos, huele especial, qué rápido han aprendido a decir los precios, de dónde puñetas sacarán semejante stock, el hijo de "los chinos" va a la escuela y ha aprendido en menos que canta un gallo, castellano, euskera, inglés y en mates es un figura...

Y han pasado no 10 segundos sino 10 años y Estanis seguía sin situar en el mapa Pekin, Hong Kong ni Nanking. Atxaga en su gran libro Obabakoak -disponible en todos los idiomas-  tiene un relato corto, a mi modo de entender el mejor de su narrativa, con título en latín "Post tenebras spero lucem" donde habla de una maestra rural y sus relaciones peculiares con algunos alumnos y aquel entorno mágico de Obaba. En sus primeros párrafos nos sitúa aquella escuelilla, rural a más no poder (la cual yo en mi fuero interno la ubicaba en Larruskain, un barrio a 8 km de Markina), con su mapamundi donde los alumnos situaban a Pekin, Nanking, Tianjin.. y se recrea en la musicalidad de aquellas palabras. En este relato, insisto que muy recomendable, Atxaga me hizo ver hace muchísimos años ya lo simpática que podía hacérseme una palabra por su musicalidad, además de por su significado.O sea que había gente que ya tenía noticias de China, con soniquete y todo.

Shanghai había tenido frontón. Tianjin también.(Vaya un saludo a los Urizar, Iriondos... ). Hong Kong. Macao. Mucha gente de mi pueblo había estado por allí de pelotaris. De allí a Manila, Yakarta, América, Norte y Centro, a El Cairo, a Madrid, Barcelona, a Vigo... De poco, pero de algo me sonaba, por lo tanto, la China real. 

Y 55 días en Pekin, con su storyboard pintado por Mampaso, y La Dama de Shanghai con Rita Haytworth o Ava Gardner, y Bertolucci rodando en la Ciudad Prohibida. Poco más.

Lo siguiente eran los "bazares chinos" y la prensa que no paraba de hablar de la potencia en que se estaba convirtiendo China. ¡Que nos come en coco!

Y yo: qué poco atractivos se me hacen estos chinos. Y a renglón seguido: algo tienen que tener. Algo atractivo, sugerente, delicado. ¿Qué será, será? 

Y un día que estaba esperando a mi hija mayor a la salida de la academia donde recibía apoyo matemático para su carrera, en Bilbao... veo un cartelito en la pared: "se dan clases de chino". Seguro que conociendo un poco su lengua me será más fácil conocer su "algo tienen que tener". Dicho y hecho. De aquellos polvos, estos lodos.

Allí empecé a ver que el meridiano Greenwich puede quedar también muy coqueto en la parte izquierda del mapamundi. ¡Ostras, Pedrín!

Y además los estudiantes de esta Universidad están muy orgullosos, a sabiendas o dirigidos (¡dónde no hay dirigismo! -esto, otro día-), de su sitio en el orden mundial y así lo dibujan y escriben en unos paneles tal y como me han dicho las de la foto "para expresar el respeto y el amor a la ciudad y a nuestro País". Cada mes, por lo visto, tienen un tema para ser expuesto con tizas de colores en estos paneles. Es evaluable. El profe de turno pasará por ahí con su cuaderno de notas.









viernes, 22 de mayo de 2015

EL EQUILIBRIO DE LA BICI

Hace una semana que no escribo nada en este blog. Parece, me parezco yo, que me he desinflado. Las dos primeras semanas han sido de un ritmo muy fuerte para quien esto escribe. ¡Cuidado! Que no estoy diciendo que físicamente esto canse más o menos que cualquier otro trabajo. No, nada de eso, ni por lo más remoto. Pero quien haya leido las entradas anteriores habrá visto que no había dia en que Estanis no se encontraba con algún evento que le dejaba desorientado, fascinado, perplejo, sorprendido, o entretenido.

Los días pasan y cada uno va encontrando su casillita donde ubicarse en este juego de barcos. Las sorpresas siguen. Aquí hay para dar y tomar. Las imágenes que van haciéndose sitio en el disco duro vienen como más pausadas. Pero, insisto, hay para dar y tomar.

Y es mi intención seguir contándoos y describiéndoos lo que tengo entre manos. Una semana callado es mucho tiempo. La bicicleta, si no se pedalea, se cae a un lado, a no ser que vayamos en cuesta abajo. Aquí de cuesta abajo, nada. Cuesta arriba. Y habiendo mencionado las pendientes, creo que es momento de que os hable de algo que dejé caer hace ya bastante y al que le dedico mucho, mucho tiempo, física y moralmente hablando, si es que el tiempo es mensurable moralmente, a saber, el del idioma chino. Veremos cómo os explico y me explico la relación de este idioma y el que esto escribe. 

Tampoco lo voy a hacer de una sentada. Así que lo haré cuando coja otra vez carrerilla. Hoy vayan tan sólo unas foticas de curiosidades que he visto estos últimos días.

Por ejemplo uno de los muchos edificios de estudiantes, a dos pasos de mi casa, en un día soleado y seco. Seco, que no es cuestión baladí. Con la humedad que aquí acostumbra, la ropa tendida en el balcón, aireado, de mi apartamento, tarda cinco días en secarse. La colada, se puede ver, bien tendida en las ventanas y jardines adyacentes. Son muy pulcros, por lo que hasta ahora he visto. 

No les gusta que les dé el sol. Estiman mucho la piel blanca. Blanca, pero !blanca! Hacen lo imposible para protegerse del sol. Esta moto. Elegante donde las haya. Para la lluvia también está muy bien. Porque aquí llueve. Y con ganas. Y con calor. Que por ahora, ni tan mal. Dicen que en Agosto la suma de calor y humedad es exasperante.

Y las barbas de Fumanchú. Tenía que existir este personaje, tantas veces lo hemos visto en mil y una viñetas. Aquí estaba, en un parque, a la sombra, fresca sombra de un parque bien diseñado, sin complicaciones pero con lógica aplastante, para los días de calor. Mucho árbol, agua y unas sillas/mesas donde se congregan para echar la partida, hombres y mujeres, con cartas tipo póker. 

Otro día nuestra responsable de "lengua china" y otra profa (que no sé cómo no se desesperan conmigo) nos llevaron a mi aventajadísima compañera de estudios, una japonesita de 18 años, y a mí a ver una colección extraordinaria de un tipo de cerámica que en el diccionario viene traducida como celadón, seguidamente, allí mismito, una ceremonia del té, con todas las de la ley ¡qué elegancia y parsimonia! después de haber practicado unos minutos con los pinceles y su tinta china escribiendo según mandan los cánones. Esto tuvo su continuación: nos invitaron a comer a un restaurante, sin salir de aquel edificio, chino elegante de película,  donde no nos dejaron pagar. ¿Será el protocolo? ¿Será, qué será? Parece que es una forma de decirnos que están muy contentos con nosotros. Y que en esta Universidad son muy respetuosos con quienes de fuera hemos venido ¡hasta aquí! a aprender su cultura.
(Cabe la posibilidad de que en posteriores entradas de este blog me desdiga de esto y os cuente que son mucho más rastreros, y resulta que... todo puede ser, pero no lo creo).

Y también hay una foto para que os hagáis una idea de cómo se compra el arroz aquí. Nada del saquito de arros "sos" de toda la vida. Como mínimo este pedazo saco de...¿cuántos kilos? Ahí está mi mano para que comparéis. Y esto no es nada. Porque la siguiente foto os indica el stand de arroz de un supermercado, donde ya el saco de varios kilos anterior es una minucia. (Se lee 2.38 yuanes =1/2 kilo. Si 1 € = 7 yuanes... el kilo sale en € a...). Siguiente pregunta, ¿por qué no ponen los precios como "allí", acabando en .99 o .39 ? Aquí parece que es .38, .68... Ya preguntaré.

Son estampas, no técnicamente cualificadas, ya lo sé, pero sí curiosas para quien desde "Occidente" pueda leer. Pronto habrá más. Y hablaremos del idioma.






viernes, 15 de mayo de 2015

FLORES DE BODA

Teatrillos Lishui

Título: Flores de Boda

Actores:

1.-Isabel (la novia)
2.-Antonio (el novio)
3.-Marí Jose (la madre de la novia)
4.-Ramón (el fotógrafo)
5.-Alberto (el amigo del novio)
6.-Ana (la amiga de la novia)

Escenario:

Isabel, Antonio, Mari Jose y Ramón están en un jardín lleno de flores. 

Los novios necesitan unas fotos para el día de la boda. Isabel está muy guapa. Tiene un peinado muy elegante, muy bonito. Antonio trabaja en la construcción. Siempre está sucio. Hoy no. Hoy parece un actor de cine.

La madre está muy contenta. Ayuda a su hija. Pone un ramo de flores en las manos de su hija.

El fotógrafo habla con los novios. Y les dice cómo ponerse.

Unos amigos de los novios pasean, también, por el jardín. No saben que los de la foto son sus amigos. Cuando se dan cuenta se ríen mucho y, después de gastar alguna broma, discuten entre ellos.  

ACCIÓN

Isabel (A su madre): ¿Estoy guapa, mamá?
Mari Jose (A su hija): Guapa es poco, mi niña. El fotógrafo hoy tiene fácil trabajo. 
Ramón ( A Mari Jose): Mari Jose, ¡por favor!
Mari Jose (A Ramón): Es verdad, Ramón. Mi niña es la flor más bella de este jardín.
Isabel (A su madre): Mamá, no digas tonterías ahora.
Mari Jose ( A su hija): ¿Qué tonterías ni qué niño muerto?
Ramón (A todos): ¡Silencio! ¡Empezamos! 

Ramón (Dice al novio): Con tu mano izquierda coge la mano de la novia. Y con la otra, agárrala del hombro.
Antonio (La ha cogido de la cintura).Yo creo que es mejor de la cintura. Es más bonito.  
Mari Jose: ¡Pero, bueno! ¡Tantas manitas!
Isabel (A su novio): No hagas caso, cariño.

(Alberto y Ana aparecen en escena. Pasean y hablan de sus cosas, en voz baja)
(Ana ve a sus amigos vestidos de boda, y se asombra) 
Ana (A Alberto): ¡Anda! ¡Mira! ¿No son Isabel y Antonio?
Alberto (A Ana): ¡La madre que me parió! ¡Parecen de Hollywood!

Alberto (Grita a los novios): Esa bella flor la quiero yo también. ¡Guapa, no, guapísima!
Antonio (A Alberto): ¡Tú calla, chiquillo, que estamos trabajando!
Ana (A Alberto): ¡Bocazas! ¿Qué le dices a Isabel? ¡Te doy una...!
Alberto (A Ana): Que no, mi niña. ¡Que no! ¡Que digo por el ramo de flores, y no por ella!
Ana (Enfadada, a Alberto): ¡Vamos a casa! Pero, primero...¡cómprame unas flores!

Ramón (Suspira). ¡¡¡¡¡Ay...el amor !!!!! 

FIN







PURO TEATRO

Llegó el día de verme con mis alumnos. Martes, un grupo, dos sesiones. Jueves, dos grupos, dos sesiones por cada.  Cada sesión es de 45 minutos. Entre 20 y 25 alumnos, aunque oficialmente son más los apuntados. A veces no asisten puesto que están atendiendo a otras actividades de la Universidad, como competiciones deportivas... detal forma que se solapan horarios... y yo qué se qué otras razones. Da igual, entre 20 y 25 alumnos. Alumnas, casi todas... "los/las". 

El objetivo que se me ha propuesto es hacer que estos hagan uso de el castellano. Que no me ande con gramáticas ni porqués del uso del subjuntivo. Para eso tienen otros profesores de lengua castellana: tres vascos y una china. Estos vascos  son también profesores de inglés, Licenciados en Filología Inglesa. En Deusto. Así que el de Markina tiene que hacer que los chinos hablen. En China también deben cocer habas por lo que me cuentan estos profes. Alumnos desmotivados. Mayormente obligados por sus padres a asistir a clase. Poco críticos. Sumisos. Extremadamente enganchados a los smartphones. Ley del mínimo esfuerzo. Memorizar, hacer el examen y lo que por un oido ha entrado, va saliendo raudo por el otro.

Esto me suena. Un alumno tiene que saber lo que tiene que saber, que es mucho. Y luego tiene que poner en práctica lo que sabe, que no siempre se dan las circunstancias. Si, además, no está motivado, pero sí obligado, y tener que aprender español, cuando no existen iconos gancho para estos adolescentes, ¡ya te digo! Sinceramente el mérito que tienen quienes aquí enseñan es... inconmensurable. ¡Cuando en Leioa, en Erandio, alumnos que toda la vida han estudiado el idioma euskera, y las asignaturas en euskera, y no lo utilizan en la vida diaria! Incluso les parece que quienes lo hablamos somos una especie de rara avis, o bien que nos dedicamos a la enseñanza, que es el único ámbito con que identifican al euskera. Exagero un poco. O me quedo corto. No lo sé.

Y resulta que a los chinos hay que hacerles hablar. Pues lo haremos. Como decía el bolero de "La Lupe": "Teatro, tu vida es puro teatro" (      https://youtu.be/3weAOwmKZXo  )
Hagamos teatro. Callejeros viajeros, Lishui transportada a nuestras calles. Imaginación y predisposición. ¿Qué más hace falta? Escenario. Si. Pero primero, hagámoslo sin escenario ni cortinones. Ya llegará eso también. ¡A contagiar ganas tocan!

¿Y qué tenemos en el menú, en qué quiere la profesora china que yo incida? Me dice que frases, giros, expresiones que están en el día a día de nuestra forma de hablar y, por contra, no van a aparecer en los  rígidos y seriotes libros que aquí utilizan. Y, junto a ello, la "erre". El uso de la "erre". Los chinos lo tienen difícil, la verdad sea dicha. Como para irles con "el-perro-de-San-Roque-...."

Dicho y hecho. La semana pasada (hoy es viernes, 15, cuando estoy contando lo ocurrido a lo largo de estos siete días) comenzamos. Desde el primer momento la atención, respeto y silencio me fascinaron. También es de decir que les metralleé. No les dí tiempo a despistarse. Les acribillé con juegos de palabras y tonadillas que me iban viniendo a la cabeza según se presentaban con sus nombres españoles: una se llama Estrella (cómo no saltarle con hay-estrellas-sol-y-luna-...), otra Inés (Inés-Inés-Inesita-Inés-...), Teresa (la-marquesa-tipiti-tipitesa-...), esta otra Blanca (¡quién no tiene una Blanca en su casa!), más allá Atenea (¡cómo no dibujarles un Partenón en la pizarra!). Etcétera, etcétera, etcétera.

Les escribí un teatrillo : "Flores de Boda". Aquí son muy dados a los formalismos antes de la boda. Y muy horteras, todo sea dicho, siempre desde nuestro punto de vista dosmilquinceañista que parece que venimos de vuelta de todo. El "teatrillo", con este nombre se ha quedado ya instaurada la serie de otras producciones que iremos generando.  ¡Qué cachondo, sano, productivo, eficiente, motivante y dinámico el proceso de aprendizaje, cada cual de su papel! Y ¡ni te digo! el acercamiento a -lo que pude transmitirles de- el "alma" de los personajes y su puesta en práctica por un chino a tropecientos mil kilómetros de distancia de donde estas expresiones se utilizan. 

"¡La madre que me parió!", "!Qué tonterías ni qué niño muerto!", "Ramón" (con una "erre" como la copa de un pino)... y más.

¿Y se lo aprendieron de un día para otro? Pues sí y no. Algunos sí.Otros no tanto. Pero todos, toditos todos, pusieron un empeño que para mí quisiera yo en las verdes praderas de mis clases de Sociales allá por casa. Hicimos varios ensayos. Y ¡A escena! ¡Lo que pude reirme! Igualmente ellos y su profesora china que también estaba por allí y lo grabó con su cámara. Lo grabamos en clase, sin más medios ni atrezzo que un par de gorras. Para el siguiente "Teatrillo Lishui" voy a ver si gestiono un escenario más ad hoc. 

El texto de "Flores de Boda" irá como una entrada aparte en el blog.

A ver si Confucio o Buda me echa una mano. Que yo creo que sí pues esta mañana, según volvía a mi apartamento de haber estado comiendo, o sea martirizándoles la comida, con dos de clase, hablando exclusivamente en chino, o sea, muchísimo más lento que el caballo del malo, un señor que estaba sentado en una moto, con un gorro de paja, de "campesino", digamos, me hace ademanes para que me acerque y me dice tal y tal. Yo, que lo siento pero que no le entiendo. Me hace con sus dedos como si escribiera algo en su mano. Sigo sin entender. Me ve el rotulador en el bolsillo de la camisa, me lo coge y empieza a escribirme algo en su mano. Nada, no pillo. Saco el móvil, con la aplicación "Trainchinese" que le gusta a mi sobrino Gurutz y allí me escribe en caracteres chinos  攡陀 que se debe pronunciar algo así como fó tuó, y viene a querer decir "Que Buda te proteja". Pues eso, con estas alforjas no puede salir mal esta estancia.





miércoles, 13 de mayo de 2015

EDIFICIO vs CASA

Ya me han asignado las clases que tengo que impartir. Son tres grupos de alumnos que tienen, entre otras asignaturas, la de español. Sandra me explica las características de estos grupos, qué nivel tienen, qué se puede trabajar con ellos, cómo son y qué habitos tienen. Me voy haciendo una idea. El Jueves tendré mi primera clase. Algo tendré que preparar. Hay nervios. Uno lleva tropecientos años en esto de la tiza. Pero con chinos... impone. No sabes por dónde pueden salir, cojear, o tirar. A priori no sabes. Y le das a la cabeza. Lo haré de tal forma. No, mejor con un Power Point. Una grabación. Un invento así y otro asá. 

La noche y su insomnio correspondiente te fastidia físicamente pero te ayuda a pensar y darte cuenta de lo que decía mi cuñao riojano: "la gali con la po, galipó". Lo más fácil es lo más difícil a veces, si es que no tienes claro qué quieres, dónde estás y, sobre todo qué te ha traido hasta aquí. A mí me han traido las ganas de conocer a este personal, jugando en su campo, y con un bagaje a las espaldas de torear situaciones escolares de lo más variopintas. La Universidad de la Enseñanza que has visto/aprendido/aportado/ y enseñado en los distintos colegios, Ikastolas, Institutos... eso es lo que hay que poner en práctica. En China y en la Conchinchina. Y ahí Estanis se siente cómodo. Ya os contaré.

He conocido a los bilbainos y la duranguesa que trabajan aquí. Les he traido el periódico, atrasado ya, del día que salí de Bilbao. Hay quien se lo acercó a la nariz porque, decía "es que huelen distinto" los periódicos aquí. Buena gente esta. Muy buena. Lo que me han ayudado los primeros días, y hasta hoy, es impagable. Ellos no creo sean conscientes de lo que me han ayudado, a pesar de que se lo digo más de una vez. Lo que me han podido describir en estos primeros compases ha sido un compendio de todo lo que durante este curso en Bilbao hemos estudiado de China, su carácter, sus pros y sus contras, sus fuerzas y debilidades. Todo ello narrado en un pis-pas, según me iban enseñando qué se puede pedir para cenar, para comer dónde sí, dónde no, cómo son, qué piensan, sus hábitos... O sea lo que anteriormente he dejado escrito más arriba pero con los ojos de "casa". Pues eso, pues. Haciendo chistes del Athletic y la final. Oso ondo. 

Ya empiezo a ver el "edificio" donde vivo, como decía ET, "mi casa". To feel home. Es otra cosa. Anímicamente se ve el mundo de otra forma. Estos están como profesores de inglés y de español. Tienen una responsabilidad distinta a la mía. Un contrato laboral en toda regla y su nómina  la paga la Universidad de Lishui. A mí no me paga un sueldo, según estaba estipulado. Es más que pagar lo que me brinda esta Universidad. Aparte de la "casa", la atención que están teniendo conmigo, la experimentación como educador en un contexto absolutamente distinto y las clases de chino -en chino- que me han ofrecido (y a las que he comenzado a asistir esta segunda semana en que ahora escribo).  





martes, 12 de mayo de 2015

PINTA


 La Universidad, de mano de Sandra, me invita a tener un primer contacto con la ciudad. A ver qué pinta tiene Lishui. Es mi segundo día aquí y estoy bien dormido y descansado. Esta es la calle principal. En aquella montan los tenderetes a la puesta del sol  y el guirigay debe ser fino. Habrá que venir a esas horas. Más allá, -"¡Cuidado con la moto!"- está esta otra calle que tiene..."Espera, y esas callejuelas que veo que se adentran entre esas destartaladas casas?" Nos metemos en un pequeño laberinto en el que hay de todo menos la China que se come al mundo. Más bien, es la China que sufrió/disfrutó sus turbulentos siglos XIX y XX en primera persona pero a quien no llegó el mensaje de puesta al día postMao. Mi cicerone, 26 años, no había entrado nunca en este laberinto de casas de adobe,  ladrillos macizos, tejavanas de aquella manera, y demás cuchitriles. Cien metros más allá salimos a la calle tal, ésta sí puesta al día. O sea, tiendas "de chinos" de las que hemos estando viendo hasta ahora en nuestros pueblos y ciudades, pero multiplicadas y corregidas hasta decir basta. 

De esta provincia es de donde más del 80 % de chinos de España proceden. ¿Por qué? Porque es la provincia con más espíritu emprendedor de China. No me lo he inventado, me lo han dicho chinos y no chinos. Y entre estas calles y puestos de venta mil, llegamos a un tramo en que no pasea nadie. Los vendedores/as están a la puerta o de cháchara mientras otros trabajan o bien se tumban a la bartola a darle al palique. ¿Por qué aquí no hay tanto bullicio? Los comercios son bien llamativos, con una especie de abanicos circulares gigantes, claramente decorativos, si no bonitos son, sí, llamativos. Son los "hua chuan", ornamentos que acompañan al difunto en su camino al cementerio. ¡Ajá! ¡Ello era! ¡Como para pasearse por aquí si no es por fuerza mayor!

Saco fotos a más carricoches, bicis, motoretas, tenderetes... -uno tiene el complejo de descubridor-de-américa cuando sale de su ombligo, además de pesar mucho las campañas del Domund del colegio de Markina cuando hacíamos colecta para los "chinitos"-. Así que mi guía china me reclama que también repare en las amplias vías, rascacielos y cochazos que también hay. ¡Ya lo creo que hay! Y sin moverme de mi sitio, un giro de 180 grados y ahí están, mirándonos como gigantes, los rascacielos, las urbanzaciones más chic, el futuro hecho ladrillo, el precio del mercado, el lugar en el mundo que se busca, la mejor zona de Lishui. 

Dinero y amor. 140 metros cuadrados a 15.000 yuanes/metro... un total de 2.100.000 yuanes, dividido por 6.45 (habrá  mejores cambios, sin duda, yo hablo del mío en el aeropuerto)... sale un total de 325.000 €. Un sueldo de maestro recién licenciado, libre ya de impuestos, ronda los 4.500 yuanes/mes, (multiplicado por  12 meses y dividido por 6.45, sale a unos 8.400  €/año.  Lo paga, el piso, el chico (y la familia del chico, que para eso han ido ahorrando durante años). La chica pone otras cosas, como puede ser el coche, y se va a vivir a la casa del chico cuando se casan. Que, por cierto, se han de casar antes de los 27, más o menos. Sí o sí. Y si no has encontrado ese amor verdadero que... pues ese, si no lo has encontrado, también. Te casas. Y punto. Esa es tu misión. La de los dos. ¿Y el amor? ¡Ay, el amor! (Esto último me lo han contado. Lo dejo escrito porque me pega que así sea. Pero espero corroborarlo con el paso de los días y más datos tenga).

Seguimos. ¡Hombre, por fin! Un templo chino. "Que no es un templo, que es un lugar donde antes mi abuela solía desembarcar cuando venía a Lishui cuando se utilizaba el río como via de comunicación". "Ahhh!" Pues muy bonito (el, digamos, templo). Y el rio. Y el paseo que han construido a lo largo de su rivera,  ¿con "v", con "b"?que se parece al de Hondarribia, que me recuerda al de Hondarribia, mejor dicho. ¡No se enfade nadie! 

Interesante paseo. Interesantes apreciaciones del cuerpo y del alma de esta buena gente. Buena gente es toda. Hasta la de (----). Todos tenemos nuestra concepción de buena y no tan buena gente. La de aquí no sé cómo será. Ni lo sabré. Sí sé más que ayer, pero menos que mañana. Como aquella medalla del amor de cuando las campañas del Domund. (¿Esto no estaba dicho ya? ¡Menos mal!) Fin de la entrada. Buena PINTA.







lunes, 11 de mayo de 2015

YA EN LISHUI



Mucho chino en China, se dice. Por algo será. Creo que no se dice eso de Shanghai. Allí debe haber mucho aire occidental. De Lishui, doy fe que sí. En esta ciudad debemos de vivir ...no sé, pero en mis primeras 24 horas de patearme la ciudad, no vi ningún occidental. Ninguno es ninguno. 

Un profesor de la Universidad, Mister Li, me estaba esperando y me llevó a la Universidad, donde tenía ya asignado un apartamento en el edificio de profesores extranjeros. Cuatro plantas, 12 apartamentos. Me dicen que aquí residen también otros españoles (que irán a ser dos bilbainos y una durangarra. Y alguien de Estados Unidos, Inglaterra, Suecia...y no sé quién más. Cada cual con su apartamento, bien dotado, nuevecito, su lavadora, su nevera, su microondas, su... todo. Rodeado de mucho árbol, sombra fresca, y en medio de un complejo universitario donde convivimos profesores y alumnos. Estos, unos 10.000, recibiendo clases y viviendo en habitaciones de a cuatro y con un régimen, por lo visto, bastante estricto de horarios, y demás disciplinas. Ya les dedicaré alguna entrada, o más, específicamente a ellos. Aún es pronto. 
 
Me recibió, ya en la Universidad, junto a Mr Li, la profesora -china- de español que será mi referente en lo que a dar clases de español toca. De nombre Sandra. Se ponen nombre europeo. Tienen su nombre chino y otro "occidental".  Gente encantadora, por ahora al menos. Muy educada, muy atenta, muy pendientes de mí desde el primer momento. Me enseñan los enclaves básicos del día a día, el supermercado -la tienda de la esquina-, con los productos sota-caballo-rey para casa, me enseñan las instalaciones, la ubicación de diversos edificios, jardines y arterias principales de este complejo universitario mientras se le ha llamado al "chispas" para ajustar la tele, que no funcionaba, la lavadora que tenía no sé qué, y la nevera que si el enchufe... en todas partes cuecen habas.

Para un primer día, más que suficiente. Buenas noches, hasta mañana. Aquí oscurece prontísimo, a las siete. Buenas noches, Mr Li, Buenas noches, Sandra. Media vuelta y a casa... al teléfono. Andará alguien por casa, siendo la hora que es, le quitas seis horas...pronto aparecerá alguna hija -Sonsoles, por la hora que es, todavía no- al otro lado del Wechat, del Wasap o de lo que sea. Please ! Y así fue. Con eso, a dormir y a descansar, que el cuerpo estaba más despistado que el alma. 




domingo, 10 de mayo de 2015

LONG DISTANCE BUS

Me esperan seis horas de viaje en autobús. El billete, qué autobús, a ver si te entienden, a ver si les entiendes, a ver quién te toca al lado, habrá parada para comer, para ir al baño. Quien sepa el mínimo minimorum de inglés, capitán general. Quien haya estudiado chino en España y no lo ha practicado antes, soldado raso.  A la hora de comprar el billete, risas y nervios pues todos éramos soldados rasos...hasta que apareció una chica china que también iba a Lishui, que no sabía ni siquiera una palabra de inglés pero venía de trabajar en Italia. Capici? Espagnolo e italiani capici. Mis risas supongo que llegarían hasta oídos de mi cuñado Miguel -los discos de música italiana que me regaló- y el cachondeo que me traía yo viéndome en tamaña situación hicieron que la cosa fuera, digamos, leve. Entrando al autobús veo que el personal se quita los zapatos y los va introduciendo en una bolsita de plástico. ??? Y los asientos... asiento/cama, o sea una cama tipo psicoanalista de película, en donde viajas recostado, con tu edredoncito (mejor no mirar si limpio o menos limpio), tu aire acondicionado, tu silencio (se agradece que no te machaquen con sus interminables hilos musicales con sus -todas- canciones (duo pinpinella style) igualitas igualitas. Parada para comer algo. La ialiana me explica algo de este área de Tudanca china. Muy limpia y ordenadita. Pero no compro nada. Me quedaba la última bala en la cartuchera. Bocadillo de jamón y queso de Negurigane. Y se portó. ¡Vaya si se portó!


¿CÓMO HUELE?

Una vueltita por el barrio. Barrio o no sé. Por si acaso, como Pulgarcito, dejando claritos los pasos andados para luego desandarlos y volver a "casa". Un mensaje de Ana, de Panamá: "¿Cómo huele China?". Es verdad. Huele distinto. Estoy prácticamente en la desembocadura de alguna ramificacióon de algún río cerca de Shanghai. Nada que ver con la "famosa" ciudad. Extrarradios del extrarradio. El río/ría viene bastante sucio, aguas casi estancadas y con un color que ni el Nervión en sus "aquellos" años. Un señor, mayor, sentado en una barquichuela, haciendo una equis con sus piernas, lanza no sé qué que no es una caña pues no tiene pita, pero sí que parece de bambú, la lanza, o la introduce en el agua con intención de buscar algo (espero que no sean peces para comérselos), remueve el fango y sale una masa de agua de color aún más oscuro...Sigo adelante, no quiero acercarme a ver el botín. Me da algo. 

Y sí que huele a ...no sé. Hay muchos talleres, mini talleres, mini mini talleres o más pequeños aún donde reparan de todo junto a una mesa donde la mujer está calentando un puchero y tienen unas sillitas donde come alguien de la casa. Ahí está el olor, ese es el olor de China, me digo yo. Grasa del motor de la moto, grasa de taller mezclado con vapores del puchero (ójala no estén dentro los pececillos que buscaba aquel buen señor).

Algo no me cuadra, de todas formas. Huele a algo más. En la calle me parece oler a los todoacien chinos. No puede ser. Estoy en la calle. Pues sí que huele a todoacien. Motos eléctricas, silenciosas (pocas de gasolina), bicis, carricohes, cohes, bocinas, semáforos bajo interpretación de cada cual. Carricoches, bicis, motos y sus acarreadores, con una capacidad de carga que ya quisieran para sí nuestras furgonetas tan férreamente controladas por la autoridad competente.

Vuelvo a casa. Estoy cansado. El sueño/cansancio supera a la curiosidad. La recepcionista del hotel, amabilísima y habla inglés, con sus colegas de mostrador que justo saben decir good morning, junto a el señor/empleado hace-de-todo y que no sabe que pueda haber otro idioma que el chino (y p'a qué) forman un cuadro, cuando menos,
simpático, quizás significativo de lo que me voy a encontrar en días venideros... ¡Quién sabe! 

Pero sigue el olor a todoacien. Hasta que descubro, en el mapa, que hay una fábrica textil a un par de manzanas. El olor ese que no sé si es a nylon, o a qué componente químico. Ese. Ese a lo que luego tambíén huele todo lo que compras en las tiendas y tenderetes de aquí, con tanto envoltorio (tanto, tantísimo) de plástico para absolutamente todo. Y todo va al mismo cubo de la basura poror lo que he visto hasta ahora, en que tan sólo en dos esquinas he encontrado sendos contenedores donde separaban el pástico y el "resto".




SORGINKERIXEK - BRUJERÍAS


Sorginkerixek -Brujerías- solía decir amá cuando le contabas que por el teléfono escribías emails, wasapeabas y veías a tu contertulio al otro lado de la pantalla. Gracias a estas sorginkerixes China ya no está en tan "extremo" Oriente. Sí lejano, -¡la de horas de avión para llegar hasta aquí!- pero como he dicho antes, me entero seis horas antes si Esperanza Agirre avanza o retrocede, o si Urkullu tiene catarro. La final del Camp Nou, por contra, me pasará alguna factura de sueño, pero lo primero es lo primero.

En el aeropuerto de Bilbao coincidí con una pareja que iba a Shanghai y, al igual que yo, hacían escala en París. Conocían bien este viaje pues lo repetían por cuestión laboral una o dos veces al año. Pues eso ayuda por la cosa del cambio de terminal en Charles de Gaulle, etc. El vuelo fue fantástico, la comida, la entre-comida-y-comida, la película, los periódicos, la novela, la cabezada...todo. Pero largo. Así que "lejano" Oriente, sí.

En Shanghai, pasaportes, maletas...nada de cahondeo con la poli de aquí. Y ¡llamar a casa! ¿Cómo? La SIM, nuevo número, "cuidao, que es caro en el aeropuerto", 32euros, y me ha durado tres días por el consumo de datos, y el hecho de que Shanghai es una provincia y Zhejiang es otra. (Vaya por delante que la citada provincia es del tamaño de Castilla y León y 50 millones de habitantes). ¡Por unos euros va a ser! "Aquí estoy". "Todo bien". Y una sarta de besos y abrazos telefónicos. 

Dinero. Ponte a buscar el banco fiable que te va a dar duros por pesetas. ¡Estás tú bueno!  6.45 yuanes por euro. Pues que así sea. Punto. ¿Y ahora hasta Lishui? 450 kim. No puedo. Estoy agotado. Me quedo un día en Shanghai. "Mister, Hotel?" Pues sì. El mister quiere un hotelito baratito y con vistas al Mediterráneo. Eso ya no hay por aquí. "Cheap Hotel". "Yes". Va a tener que ser cerca del aeropuerto. Pues, casi que mejor. Lo que necesito es ducharme y dormir, y hablar tranquilamente con casa.  Y mañana hacia Lishui. 

Wechat, la brujería móvil que todo el mundo lleva en la mano a todas horas. Una aplicación con la que todo el mundo está escribiendo y hablando hasta en los lugares y circunstancias más inesperadas, mientras conducen la moto, por ejemplo. Es, como se dice ahora, la clave. Wechat cuando hasta ahora era el "wasap". O los dos. Pues eso, los dos. En China absolutamente todos wechatean. Y para escribir, hablar y vernos, perfecto. Hay más sorginkerixek, por supuesto, y gracias a ellas estamos todos alejadamente juntos.